160.000 euros


Escrito el 19/11/2012 por Juan Manuel Llorca

Tener 160.000 euros es una buena idea.

Yo siempre lo he sabido, pero ahora el gobierno del Partido Popular viene a corroborarlo para aquellos que no tuvieran la certeza absoluta de ello.

Esa cantidad de dinero es, sin lugar a dudas, una suma elevada que no está al alcance de cualquiera. Yo, de hecho, me harto a quitar ceros a esa cifra y sigo sin darme por aludido.

Pero la cosa mejora por el hecho de que estamos en crisis, de manera que hay ofertas para todos los gustos y si uno está ojo avizor puede hacerse con chollos sorprendentes.
Sin ir más lejos, con 160.000 euros cabe la posibilidad, es evidente, de comprar tiempo, que no es poca cosa, ya que uno se puede ahorrar la cola de inmigración y no tiene por qué darse un madrugón para legalizar documentos, ni tiene que esperar a la intemperie a que le digan que ya no se atenderá a más gente hasta el próximo día y no tiene que aguantar que un funcionario le trate como mercancía, mano de obra barata o ciudadano de quinta clase.

160.000 euros, es sabido, dan para mucho.

Dan para tanto que guardan en su interior una filosofía, una idea, un aviso a navegantes/inmigrantes: España no es un buen país para buscarse la vida, a España hay que venir con la vida ya resuelta.

Pero a mí me cuesta trabajo imaginar a un subsahariano en una patera con sus 160.000 euros en el bolsillo, como me resulta impensable, y disculpen la comparación, que los lleven en su equipaje de mano los miles de españoles que comienzan su proyecto vital en un país distinto al suyo, al nuestro, por que aquí no tienen presente y ni se atreven a mirar al futuro.

No es suficiente, eso queda claro, abandonar tu casa, alejarte de los tuyos, de todo lo que conoces y amas, tener la valentía inmensa de señalar un punto en el mapa y montarte en tu propia vida, recorrer miles de kilómetros y bajarte de ti mismo con el corazón encogido pensando: “Ahora éste es mi país”

Hoy resulta que los que vinieron a cuidar a nuestros mayores, a bañarlos y a darles de comer, los que vinieron a construir nuestras muy sobrevaloradas casas, a recoger fruta bajo los mares de plástico, a ser nuestro servicio doméstico, a atendernos en el restaurante de comida rápida, a hacer de nuestro mundo un mundo multicolor, están aquí para robarnos el trabajo y es mejor que se vayan por donde vinieron.

… A no ser que tengan 160.000 euros y se puedan comprar una tarjeta de residencia de tres habitaciones, trastero y plaza de garaje.

 

 

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